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La Rabia de Amar

 

Quiero que me quieras como yo quiero.

Que me hables con un lenguaje que yo comprenda.

Quiero que me quieras ya, que busques mi mano, que me sorprenda y tranquilice tu contacto.

Quiero que me abraces y sentir entre tus brazos cómo mi cuerpo reencuentra la paz. Quiero que me lleves de la mano y la sueltes a su debido tiempo y todavía falta. Mi mano sigue siendo la de una niña.

Cuando no me lo das, todo esto, de golpe, con ímpetu, ardo por dentro, mi alma se prende en llamas y me consumo en ansiedad lentamente, sin tregua.  Soy esa niña que no se aguanta, que necesita estar a tu lado, muy cerca. ¡Ya!

Abrir los ojos, sentir el HAMBRE y buscar amor para darme un atracón y aplastar el fuego. Maltratar mi estómago pequeño que no está acostumbrado a grandes dosis de amor.

Pero cuando arde la ansiedad, solo quiero apagarla, reducir el fuego, ahogarme de agua.

¿Lo entiendes?

Cómo un volcán en erupción, yo no puedo parar de pedir, de buscar, eso que arrase con el dolor. Eso que mitiga la llama, pero deja surcos en la tierra de la qué está hecha mi cuerpo.

Erosionándome y mal- amándome.

Tu vienes a bien- amarme, a tratarme bien. Aunque yo desconozca cómo se hace esto y tú no sepas explicármelo y solo me lo quieras demostrar.

Mientras lo haces, el fuego sigue y seguirá porque no sabe apagarse con esas gotas que cuidadosamente viertes, sin que yo pueda mirar en que lugar del incendio han llegado. Aquí me quedo en este infierno en el que lucho contra tu manera de quererme y sigo buscando que me quieras como yo quiero.

Es una parte pequeña, diminuta la que hace de cerilla. Es la llama de mi vida, es donde yo comencé a ser, cuando nací. No conoce el tiempo ni las horas, solo el todo y el nada. El nunca y el para siempre. Este fuego que quema con toda su fuerza, nace de esa cerilla que se enciende cada vez que tiemblan las dudas, cada vez que pones distancia, cada vez que abro los ojos y no puedo enfocarte.

No desistes, te mantienes firme con tu dosificador de agua. Estás ahí, enviando tus señales en ese lenguaje que me toca aprender, no es el mío y apenas te miro ¿Cómo voy a aprender?  Mientras yo grito, maldigo, me olvido de todo. Me retuerzo por dentro. Entre tanto fuego no se ve, esa cerilla que lo ha incendiado todo.

Solo veo el rojo del fuego y tú me ves arder.

Entonces comprendo: es LA RABIA DE AMAR.

L.G-A.V.

 

3 comentarios en “La Rabia de Amar”

  1. Bien-amada eres!

    Ambos sabemos que ese fuego no es para siempre aunque cuando está lo parezca.

    Crudo e intenso tu post! Enhorabuena!!!

    Un beso!

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  2. Hola gran ser : Deberias agregar a tu curiculum el de escritora dramatica, Y no exagero si mañana vemos un poema tuyo con estas improntas y nos dejas totales. .Has interpretado muy bien la ansiedad por atencion , por sed de amor , No se si es rabia de amar, pero se le parece esta frustracion al no recibir lo que se espera como si al niño interior se le hubiera sacado ese juguete que tanto le gustaba y llora y patalea por que su costumbre fue siempre recibir lo que queria y ahora debe esperar esas gotas que quisiera que fueran un torrente pero lo único que hacen es avivar esa necesidad del otro. Creo que si en una d esas el otro habre el grifo al maximo y ella recibe ese torrente, se calmara y sera feliz.. pero..solo por un tiempo .. hasta descubrir que su hambre esta mas alla de una persona.. que .ese hambre viene de mas alla .que.viene del hambre de estar plena de ser llenada por un amor impersonal ..el Suyo el de adentro Un amor que no tenga que ser buscado afuera sino que este ahi en su centro esperando que ella pida para Dar. Hasta que encuentre ,quien se lo muestre, ella seguira vagando y pidiendo que la quieran como ella quiere.
    Abrazo

    P.D.:Lo de poeta lo dije en serio. has puesto toda la carne al asador (como decimos los argentinos). y ha salido rica..Gracias

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