¿Quién pudiera explicarte el hambre que ruge en mi pecho?
¿Quién pudiera entender el cúmulo de explosiones en la mueca que expulsa mi rostro?
¿Quién pudiera descifrar (aunque lo fácil sea olvidar) lo que escupe el alma en sueños?
¿Quién pudiera ventilar abriendo las ventanas de los ojos las historias que aguardan almacenadas, deseando ser contadas?
¿Quién pudiera inflar los pulmones sumisos y exhalar una represión ancestral?
¿Quién pudiera contarte lo que agitadas desvelan mis manos libres?
¿Quién pudiera comprender el descanso que provoca haber tomado una decisión?
¿Quién pudiera sino yo ?
L.G-A.V.