Querido Diario:
Me he dado cuenta de que estoy aterrada de mi belleza. Me da pánico pensar que mi belleza genera deseo descontrolado, objetivación de mi cuerpo y envidia. Dicen por ahí que no solamente provoca esto, además genera que los demás me idealicen y proyecten sus expectativas en mi. No quiero ser ídolo de nadie. Quiero ser guapa y punto. Ser atractiva, mostrarme cómo soy, que mi belleza sea mi una característica más que me define.
Soy consciente que todo esto es un sueño utópico y sobre todo no depende de mi. Cómo piensen, sientan y actúen los demás, no pertenece al reino de mi responsabilidad.
Podría esconderme entre múltiples capas de ropa, de máscaras, agachar la cabeza. Dejar de provocar ese poder (y por ende responsabilidad) que se nos otorga. Provocas, es tu responsabilidad mostrarte así. Lo decían nuestras tatarabuelas, bisabuelas, abuelas, hasta muchas de nuestras madres. Lo decían y lo dicen los ojos de nuestros padres y tíos que, de un día para otro, te tratan diferente:
has dejado de ser niña. Esto es peligroso, hermanas.
Por eso sueño con que mi belleza y la vuestra, la de todas sea motivo de celebración, alegría, sensualidad, identidad y compartir. Sueño con que la envidia aún siendo natural en el ser humano, no sea la única que rige nuestros comentarios cuando nos miramos y observamos entre nosotras.
Dice la poeta Nayyirah Waheed que vemos defectos en nuestras caras y que como es esto posible si cada una de nosotras somos dueñas de nuestra cara irrepetible. La belleza se ha convertido en un constructo.
De construye lo que te han dicho que es la belleza y reconstrúyela cómo esté bien para ti. A mi personalmente el bello facial no me gusta, pero el de las piernas si. El de las axilas de vez en cuando, aunque mi novia prefiera que vaya depilada. Me gustan las marcas y las cicatrices y que mi piel esté hidratada. Prefiero mi melena suelta que recogida y me gusta la curva de mi tripa. A veces, me siento hinchada y es incómodo. Cojeo y haciéndolo puedo ser la más sexy, cuando me nace de dentro.
La belleza de todxs nace de dentro y se expresa en nuestro cuerpo irrepetible. He hablado de nosotras y ahora hablo de todxs. Parece que la belleza es un atributo para mujeres exclusivamente. NO. NO. NO. El hombre más rudo es bello.
Mi belleza puede gustarte a ti o no. A veces esto me dolerá. A veces, te frustrará. La belleza es tuya. Ya la posees, no necesitas que alguien te la de con sus palabras. Si que necesitamos que alguien nos la refleje. Reflejar es distinto que dar. Ya la tenemos. Es nuestra. Cuando llega alguien que nos ve tal cual somos y nos dice “Eres bellx” se convierte en espejo de lo que ya es nuestro.
Esta mañana me miraba al espejo sin prestarme atención y es cuando mientras me lavaba los dientes, secaba la cara y me quitaba unos pelitos de la barbilla, he pensado:
¿A cuánta gente le dará miedo su belleza?
6 de Mayo del 2019
Luc.